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Las coronas de zirconio son unas prótesis dentales que se utilizan para restaurar dientes perdidos o dañados por el motivo que sea (caries, periodontitis, traumatismos…). Por tanto, las coronas de zirconio se pueden usar tanto para cubrir piezas dentales debilitadas como para sustituir los dientes originales mediante implantes dentales.
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Las coronas dentales pueden ser elaboradas de distintos materiales, como las de porcelana o metal. Pero estas cada vez son menos comunes ya que en comparación las coronas de zirconio ofrecen mayores ventajas tanto en estética, biocompatibilidad y resistencia.
EL PRIMER PASO consiste en tomar impresiones (medidas) de la boca del paciente. Estas impresiones se utilizan para fabricar la corona provisional que llevará el paciente antes de que coloquemos la definitiva. Dicha corona provisional está pensada para ser llevada a corto plazo, mientras se confecciona la definitiva. Por ello, se fabrica con un material acrílico menos resistente.
El SIGUIENTE PASO consiste en tallar la pieza dental sobre la que se va a colocar la corona, en el caso de que esta se utilice para cubrir un diente natural que está dañado. Dicho tallado se realiza respetando biológicamente la estructura dental (esmalte) para crear espacio y que pueda encajar la corona. Tras el tallado, se vuelven a tomar impresiones y se coloca la corona provisional.
TERCER PASO, El laboratorio dental escanea y confecciona la corona a medida del paciente, de acuerdo a los requerimientos fijados por el odontólogo. Una vez fabricada, la corona de zirconio se envía a la clínica.
CUARTO PASO, el paciente vuelve a acudir a la clínica dental para que el dentista le retire la corona provisional y fije la definitiva. La corona de zirconio puede colocarse cementada o atornillada, en función de si va sobre un diente o un implante. Tras la colocación, la corona de zirconio quedará correctamente fijada y la persona podrá volver a desarrollar sus actividades cotidianas con normalidad.
ASPECTO NATURAL: el zirconio presenta una translucidez similar a la de los dientes originales ofreciendo una apariencia natural.
RESISTENTES: el zirconio es un material resistente y duradero. Su dureza lo hace menos propenso al desgaste y las fracturas, en comparación con las coronas de porcelana.
COMPATIBLES CONTIGO: el zirconio es un material biocompatible, lo que significa que es bien tolerado por el cuerpo y la incidencia de reacciones alérgicas o irritaciones es mínima.
SIN METALES: a diferencia de las coronas de metal porcelana, las de zirconio no cuentan con elementos metálicos.
RESISTENTES A LAS MANCHAS: lo que significa que mantienen su aspecto blanco y brillante durante más tiempo que otros materiales, como la porcelana.
Las coronas de zirconio pueden durar hasta diez años. Sin embargo, la duración también depende mucho de las costumbres y cuidados que siga el paciente.